De blanco, como si fuera la primera vez. Poniendo cara de buenas, lo cual debe costarles lo suyo. Vestidas de las novias que fueron y que, ahora, después de tres años de divorcio, vuelven a ser.Las Virtudes se casan de nuevo y quieren que Madrid entero sea testigo del bodorrio. El dúo formado por Elena Martín y Soledad Mallol (tanto monta, etcétera) está de nuevo con ustedes. En dos palabras, lo suyo se llama El Regreso, y puede verse en el Centro Cultural de la Villa.

«El título del espectáculo tiene doble sentido», explicaron.«Primero, se trata, efectivamente, de que regresamos. Después, lo que hacemos en este montaje son regresiones. Como estábamos fatal, hemos venido al escenario a quitarnos las psicopatías, y por supuesto a quitárselas también al público», agregaron.

El espectáculo -siempre fue ése el sello de la casa- es un dialogo en el que Las Virtudes retroceden a Atapuerca, a la Grecia Clásica y a la Edad Media, antes de saltar al futuro («como no se puede regresar al futuro, nosotros lo hacemos») y de quedarse en nuestro tiempo. En este punto, se centrarán en la interculturalidad.«Lo que pasa ahora en Madrid es que das una patada y sale alguien de otro lugar. Ésta es una invitación para enriquecernos», afirmó Elena Martín.

Fieles a sus pelucas, con la bandera de su estilo intransferible (en un país además donde las humoristas se cuentan con los dedos de una mano), Las Virtudes llevan un año actuando por todo el territorio nacional. «Esos tres años de separación nos han venido muy bien porque después de 15 años uno se aburre de todo. Y eso es lo que nos pasó», aclara Soledad Mallol.

Afirman sus creadoras que El regreso es un espectáculo en el que el público de Madrid podrá encontrar a Las Virtudes de los inicios, a finales de los años 80. «Con el tiempo, es verdad que evolucionamos, pero nos dimos cuenta de que nos gustaba más lo que hacíamos en nuestros comienzos». Por cierto que en el montaje se incluyen tres números musicales, dos de ellos compuestos por Mallol: «Yo es que soy una cantautora frustrada».

Durante este periodo de abstinencia, Elena Martín ha vivido apartada del universo artístico mientras que Soledad Mallol ha trabajado en series de televisión y en zarzuelas. El retorno tiene fuerza y, además de su vertiente teatral, tendrá su componente literario.Las Virtudes sacarán antes del verano un libro, Un suponer, en el que ambas giran en torno a la mujer, sus problemas y conversaciones.De momento no habrá televisión, uno de sus medios habituales, porque no está el horno para bollos, dicen. «Nos viene fatal insultar y tirarnos de los pelos en pantalla», ironizaron. «Estamos esperando que se vayan todos los freakies. Preferimos un humor que nos haga gracia, entre lo cultural y lo terapéutico». A males de hoy, Virtudes de antaño. Con energías renovadas.