• Todas las noches, cuatro millones de españoles cenan contemplando las escenitas que le monta `Marina´ a `Roberto´. Ella también, con sus pareja y su hijo.Es que la locura de las horas de grabación de `Escenas de Matrimonio´ (Tele 5) hace que muchas veces Soledad Mallol pueda ver en la tele la evolución de su personaje.

04/02/08—¿Le da morbo saberse vista diariamente por más de ocho millones de ojos? 
—No me he hecho a la idea de que sean tantísimos ojos los que me ven. Pero hace ilusión. En mi casa lo vemos seis ojos, entre mi pareja, mi hijo y yo, y sé que cuando algo no les gusta, se lo callan, como cuando aparezco con chuflos en la cabeza.
—¿A usted quién le gusta que le mire? 
—Los que me ven con buenos ojos, para reírse y pasar un buen rato, y no para criticar. El programa sirve para quitarse el mal rollito de las noticias. La hora de emisión es la ideal; además, es cuando más escenas reales de matrimonio se producen.
—¿Se deprimiría si viera un día que en su hogar se repite el guión? 
—¡Seguro! Si me llevara tan mal con mi chico como ‘Marina’ con ‘Roberto’, aparte de deprimirme, me divorciaría.
—¿Qué es una maruja para usted? 
—Es una señora que no ha tenido la posibilidad de estudiar pero cuya inteligencia es innata. Mucha gente las ha despreciado y, sin embargo, son la base de la familia y el motor de la sociedad.
—¿Se ha sentido maruja alguna vez? 
—En muchos aspectos de mi vida, sí. Esta misma mañana me he ido a la compra porque tenía la nevera como un escobero, y no soporto que mi hijo no tenga de todo.
—¿El salto de cama es más patético que el del tigre? 
—El salto de cama está bien si le gustas a la otra persona. Y si no le gustas, está fatal. Y lo del salto del tigre es una entelequia. No conozco a nadie que lo haya practicado, y tampoco creo que a ninguna mujer le guste que le salten encima como un tigre.
—¿Debería haber una pasarela Cibeles de la ropa de andar por casa? 
—Sería una buena idea. La gente se pone en casa aquello con lo que se siente más a gusto. Y suele ser lo más lavado, lo más raído y, a veces, lo más roto.
—¿Se imagina a ‘Marina’ echándose una cana al aire? 
—Creo que, llegado el caso, se echaría atrás en el último momento. Pero en los guiones ya se ha vislumbrado algún intento. Y ya puestos, que se lo haga con ‘Miguel’. Igual que a ‘Roberto’ le gustaría echar una cana al aire con ‘Sonia’.
—¿Se ha echado Soledad muchas canas al aire? 
—Algunas, me imagino, pero ya se me han olvidado. Estoy ya mayor para echar canas, las tengo todas teñidas.
—¿Las ‘Escenas de matrimonio’ son un reflejo o una caricatura de la realidad española? 
—Son una pasada. Puede que reflejen alguna situación, pero están tan exageradas que nunca podrán compararse con la realidad.
—¿Y no teme que la realidad supere a la ficción? 
—Eso es lo malo. Cuando empezamos, creíamos que estábamos muy pasados, y mucha gente dice que se siente muy identificada.
—¿Los rodajes intensivos, como éste, pueden llegar a romper un matrimonio? 
—Llevo ya muchos años y espero que no, pero lo cierto es que te olvidas un poco de que tienes vida propia.
—¿Qué ‘virtudes’ tiene su compañero David Venancio que no tenga Elena Martín? 
—David tiene la virtud de ser un chico y un actor estupendo, y Elena, aparte de ser una amiga estupenda, es una gran actriz. Y con ella sigo. El verano pasado hicimos bolos juntas. Esto es temporal. Ella está ahora en la radio y yo en la tele. Todavía hay gente que me pregunta si soy Marina, de Las Virtudes.
—¿Triunfarían en la tele las escenas de divorciados? 
—Si están bien escritas y son graciosas, ¿por qué no? Sería buena idea.
—¿Terminarán ‘Marina’ y ‘Roberto’ peor que ‘Natalio’ y ‘Paca’? 
—Como sigan así, me temo que sí, porque llevan una racha…
—¿Qué escena de su vida de pareja recuerda como más surrealista? 
—La de las campanadas de este fin de año. Por un lado estaba retransmitiéndolas con mi marido en la ficción y abajo estaba mi marido en la vida real esperando a tomar las uvas conmigo.